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Cerámica: un material que resiste el calor y el paso de los siglos

La cerámica es el primer material utilizado por los seres humanos. Gracias a su capacidad para absorber el agua, convirtiéndose en maleable al tacto y moldeable le permite hacer objetos como tazas, platos, ollas, sartenes, pirófilos y ollas. Un arte particularmente antiguo, que se remonta a unos 10.000 años: la palabra cerámica proviene del griego antiguo, ‘kéramos’, que significa «arcilla«, «tierra de alfarero» e indica todos los artefactos útiles u ornamentales moldeados con arcilla y cocinados a una temperatura cercana a 1.000 grados.

Los primeros artefactos se remontan a la época neolítica: utensilios de cocina cocina cocinados directamente en el fuego.

Los primeros humanos usan arcilla para sellar cestas hechas de ramas y arbustos para transportar agua. Un día, tras el inesperado incendio de un contenedor, descubren que, quemando, la parte de la planta mantiene la arcilla en su forma.

Otras fuentes históricas afirman que la invención de la cerámica tuvo lugar en Mesopotamia y Japón/China y luego se extendió por todo el mundo. Los objetos más antiguos se remontan al siglo X a. C. y se han encontrado en Japón.

Con la llegada de finales de la Edad Media, comenzaron a utilizarse los primeros talleres de artesanos de la cerámica, con colores y decoraciones sofisticadas. Desde el siglo XV, la cerámica ha sido el material de revestimiento más utilizado en pisos y paredes de iglesias y edificios públicos. En poco tiempo, se convirtió en el símbolo del Renacimiento italiano, tanto en arquitectura como en escultura, gracias a la sabiduría de nuestros maestros ceramistas que evolucionan técnicas y conocimientos realizando obras de gran prestigio. Es gracias a ellos que incluso hoy en día la cerámica hecha en Italia son productos valiosos y en demanda en todo el mundo.

A partir de la década de 1500, fue la región de Umbría la que se convirtió en la protagonista de una floreciente producción de cerámica, que se desarrolló en la década de 1700 hasta que asumió un carácter industrial a finales del siglo XIX.

Italia es ahora líder en el comercio internacional de cerámica. En concreto, Gualdo Tadino, Orvieto, Deruta son los protagonistas del desarrollo del arte cerámico dedicado a la cocina: fragmentos en arcilla refractaria, arcilla para orcos, jarras, cuencos, platos, vasos, pirófilos hechos de terracota. Un material barato y fácilmente moldeable, un símbolo de la tradición y la cocina italiana, capaz de soportar el calor y el paso de los siglos.